martes, 7 de octubre de 2008

La respuesta perfecta

La respuesta inmediata ante la pregunta incisiva de tu novia es claramente un No, y es ahí donde comete el hombre moderno el error.

La respuesta inmediata ante la pérfida pregunta de tu novia, un sabado a la tarde en la costanera de Paraná, frente el trotar suculento de las mulatonas encalzadas debería surgir de un breve, pero preciso momento de raciocinio y elucubración, o al menos de un profundo proceso de respuesta inmediata, masticado y recontra masticado, para que la respuesta final suene natural y no deje lugar al descontento mayor, porque descontento, ante la pregunta insidiosa de tu novia siempre habrá.

Hete aquí que la respuesta inmediata debería sonar como la lógica misma, una gota mas en el chorrillo de agua vertiente del Pan de Azucar cordobes.

Digo entonces, que la respuesta inmediata ante la pregunta, la puta pregunta, casi afirmación de "¿¡Le miraste las tetas, no!?", aquel sábado por la tarde en la costanera Paranaense debería sonar clara y concisa. Mientras las potrancas trotan y uno suda el bigote brilloso de sol, con completa sumisión uno debería responder con un pequeño e indiferente "mhmh".

Ahí comienza el hombre a ser dueño de su mundo, deja de subyugarse ante la guillotinezca mirada de la guanaca que tiene al lado y que tan piadosamente llama novia.

Ni "No", ni "Sí", "mhmh"... un descogote perfecto sufre la muy perra.

Porque la naturaleza, el sentido común, indicaría que uno debe despotricar con un suculento "nooo!!". Erra el hombre que piensa así, porque olvida que la vivora esta, volverá con mas fuerzas a morder al pobre e indefenso hombre, "ahhh, claro, ahora sos chicato, pelotudo de cuarta, te vengo pispeando, hace doscientos metros que no podés focalizar el transporte de silicona que tienen esta manga de putas", "y encima pensás que soy boluda, que no me doy cuenta y me lo negas. Ves Marcelo que vos no tenés remedio?!!"... en fin, para que seguir contando, a la mierda los pirulines, la caída del sol, el puto viaje a esa costanera de porondanga. A la primer teta que se mueve te ligas una zurra de dios mío.

El pequeño pensante, astuto pero no tanto, creería que un golpe de franqueza podría salvarle la tarde y para la misma turra pregunta de "¿¡Le miraste las tetas, no!?", piensa, sopeza, arriesga y con total franqueza dice "Sí", no más, simplemente "Sí"...no, no, no. No sabe este pequeño ser que lo que llamamos novia, no solo golpeará duramente en ese momento con un tropel de barbaridades de tipo "ves como sos Marcelo, ni siquiera cuando estás conmigo dejas de mirarle las tetas a las minas... y después queres salir con tus amigos, ¡¡si son todos unos vagos!!, que vas a salir, que vas a salir?" y así...en definitiva, la amada nuestra logra mediante razonamientos mucho mas avanzados (estratégicos diría) que los que podría tener la especie masculina, hacernos sentir un pedazo de carne vacía de sentimiento y nulo de toda moral.

Están también aquellos que quisieran luchar sin mas escudo y espada, que la indiferencia misma, la falta de respuesta. No podemos negar desde este lugar que no hemos pensado seriamente en esta alternativa, pero las situaciones subjetivas de cada pareja escapan a este análisis. No falta la perra que diría "qué, sos sordo ahora? a los sordos me los cojo, boludo. Encima que le miras las tetas a la muy turra esa me tomás de pelotuda" o bien aquella otra que insistiría una y otra vez con la pregunta maldita llevandonos a un inhospito rincon en que no quedan mas opciones que el Sí y el No, con las fatales consecuencias que ya analizamos.

Pero el buen lector, el filósofo del ritmo menstrual, el sagaz conductor del sexo opuesto, sabrá salir sin embargo con un tímido, casi como al pasar "mhmh". El sonido carrasposo, semi gutural, la mirada en cualquier lugar, la sudoración exacta, la indiferencia total, las dos emes, con un sonido que se hacerca al Sí y al No, pero que no dice nada.

Este bello sonido no nos salvará del "ahh bueno, ahora sos pelotudo también" pero, la dejará inerte, sin evidencias, sin documentación clara, sin pruebas claras para acusar al pobre e indefenso hombre.

Pruebelo amigo mío, juntos podemos luchar contra tamaña injusticia.

2 comentarios:

Cocó dijo...

ta queriendo compañero lector, ta queriendo dentrar por el lado de nuestro admirado roberto... sagaces observaciones de la psicología de las novias! Cuando las mujeres aceptemos que los hombres desean poseer sexualmente a cuanto objeto medianamente atractivo vea,con total inocencia , y dejemos de celar! ¡Qué felices seremos! (Le aconsejaría a su novia el avistazo de algunos traseros masculinos más que mirables.)

Odín dijo...

Ustedes me dan asco!!!